Las emociones nos hacen humanos. Nos permiten sentir y direccionar el rumbo de nuestras acciones hacia el equilibrio y el bienestar en cuestión de segundos. Son el resultado de una explosión química en nuestro cuerpo que nos hace percibir la realidad bajo el prisma de la alegría, la rabia, el miedo o la tristeza. Sentirse en un determinado estado emocional genera un tipo de percepción, que a su vez nos impulsa a actuar automáticamente de una u otra forma. Pero también nuestros pensamientos influyen en nuestro estado emocional.
Las emociones sostenidas en el tiempo y elaboradas bajo el tamiz del pensamiento generan sentimientos que nos hacen ver el mundo de una determinada manera, actuar en consonancia, forjar un carácter y enfocar nuestra vida en una u otra dirección.
No podemos evitar sentir. Es parte de nuestra naturaleza. Sería como negarnos a nosotros mismos. Pero sí que podemos darnos cuenta, tomar conciencia y elegir qué hacer con eso que sentimos. Porque lo que sí podemos elegir y crear son nuestros pensamientos.
El bloqueo, la negación o la expresión dañina de las emociones sostenida en el tiempo genera, a la larga, estrés emocional que puede desencadenar en síntomas físicos como angustia, ataques de ansiedad o de ira incontrolada, dolor crónico de espalda y rigidez, insomnio y agotamiento, mal funcionamiento del aparato digestivo, o depresión, entre otras.
Una buena gestión emocional nos ayuda a vivir con más tranquilidad interior y mejor salud, y a mantener relaciones más satisfactorias en todos los ámbitos de nuestra vida. En definitiva, a enfocar nuestra deriva personal hacia el mejor de los destinos.
Para ello propongo un programa de entrenamiento emocional basado en el aprendizaje y la práctica de distintas técnicas de relajación y trabajo energético, mediante técnicas energéticas, que permitan a la persona conocerse mejor, drenar el sufrimiento acumulado, y gestionar positivamente sus emociones.
Partimos siempre del estado actual de la persona reconociendo su situación, limitaciones, recursos y fortalezas, para diseñar un programa “a la carta”: La propuesta de trabajo es de una sesión semanal de una hora de duración , ocho sesiones en total, repartidas en dos meses, para adquirir el hábito e ir incorporando lo aprendido en la vida cotidiana con progresividad y eficacia.
Éste es un trabajo personal pero que también se puede hacer en pequeños grupos de cuatro personas como máximo: grupo familiar, compañeras/os de trabajo, amigas…
El precio total del programa individual es de 360€ (45€ por sesión, 21% de IVA incluido), y en el caso de grupos una tarifa adaptada en la que se añadirían tan sólo 160€ por persona (20€ por sesión).