ArgitZen es una palabra en euskara, que significa trayendo luz, iluminando, alumbrando, aclarando, clarificando.

Elegí esta lengua para nombrar mi método de trabajo porque, junto con el castellano, es parte de mí y del contexto sociocultural en el que fui criada y he crecido. A pesar de que el castellano fuera mi lengua materna, el euskara es la lengua en la que desde bien pequeña, utilizaba para hablar íntimamente con la naturaleza, con los animales, con Dios, con la diosa Mari, con la luna, el sol, las estrellas, los seres mitológicos y los difuntos.

Es la lengua de mi Amama, mi abuela por parte de padre, y de mi Aitite, mi abuelo por parte de madre. La lengua de mis bisabuelas. Es el nexo de unión a mis orígenes familiares más antiguos, ligados a la tierra, a lo ancestral. Es parte de ese legado y patrimonio de la humanidad, castigado, sometido, escondido y prohibido durante generaciones, que fue negado a nuestros padres, y sin embargo, gracias a su esfuerzo y amor, aún perdura vivo.

Me gusta su sonoridad. Es una lengua antigua, muy antigua, y me remonta a los orígenes de la vida humana. De vuelta a lo esencial, cuando los seres humanos nos sentíamos uno con la Tierra.

Argi es luz. Argitu es iluminar, traer luz, aclarar, alumbrar, explicar… –tzen indica la forma verbal gerundio. Por lo tanto, la palabra ArgitZen habla de proceso en acción. Nos indica que la acción de iluminar ya está en marcha.

ArgitZen es un proceso de autosanación y autoconocimento que te llevará a atreverte a ser más tú en Esencia, liberándote de mandatos y expectativas limitantes, externas y propias.

ArgitZen contiene las letras A y Z, principio y final.

De la A a la Z simboliza la mirada holística de este método, que atiende el cuerpo, la mente, las emociones y la energía. Entendiendo la persona como un ser completo: cuerpo, alma y espíritu, en unidad, cuyo primer y primordial propósito de vida es conocerse, ser y expandir sus dones y talentos.

Hace referencia a la actitud de profunda escucha interior, en silencio y aceptación plena del instante presente. Punto cero o vacío primordial, desde donde emerge toda vida y proceso de transformación.

Practicamos el parar para escuchar la voz del alma a través de las señales del cuerpo.

Soltar y vaciar las capas de todo lo que no eres para ir descubriendo lo que sí eres en realidad.