Hoy te voy a contar algo muy personal que tiene que ver con la Alta Sensibilidad y estoy segura que resonará a más de una persona.

He comenzado 2018 con una gripe de las que hacía años que no me agarraba.

En más de doce años, es la primera vez de mi vida laboral como profesional autónoma que he necesitado pedirme la baja y guardar cama durante más de una semana.

Me ha pillado totalmente desprevenida. Pensaba que yo estaba libre de este tipo de parones por enfermedad, que era inmune a las epidemias. Y tengo que confesar que me ha venido muy bien un baño de humildad y descanso forzado.

La fiebre alta, la dificultad respiratoria y el dolor de todo el cuerpo no me permitían prestar atención ni concentrarme absolutamente en nada. Quería «aprovechar» el tiempo, seguir preparando materiales para los cursos mientras me recuperaba, adelantar trabajo administrativo, ordenar y limpiar la casa, leer o estudiar algo, mantener al menos las redes sociales al día… y nada. Incapaz de hacer nada productivo.

Mi cerebro ha estado durante diez días líquido, derretido. Y las emociones, sobre todo la tristeza, el miedo y la ternura han venido a visitarme practicamente a diario, en distintas dosis.

Me he sentido muy débil, frágil y vulnerable. La sombra de la culpa por enfermar y pensar en «todo lo que tengo pendiente para hacer» me abrumaba de tal manera, que ha habido días en los que he deseado desaparecer bajo las sábanas y no despertarme.

He tenido que dejarme cuidar y querer. Yo, que siempre me encargo precisamente de eso con los demás. Y me han aparecido los viejos fantasmas de una niña altamente sensible, cuando todavía no sabía lo que eso significaba. Una niña a la que le daba vergüenza ser «asi»: tan perceptiva, tan empática, tan soñadora, tan responsable, tan intensa, tan «rara» y diferente. En una palabra, tan sensible. Como si ser sensible fuera algo deplorable.

Esta gripe me ha traído el regalo de un espejito mágico en el que mirar de frente a algunos de los fantasmas con rostro de «inadecuada», «blanda», «ilusa», «quejica», «exagerada», «culpable por sentirme triste y enferma», «miedosa»… que aún acechaban en el fondo de mi corazón infantil y en el universo de mi cerebro y sistema nervioso.

Evidentemente no ha sido agradable. Todavía queda en mí una estela de fragilidad y dolor del alma. Pero me siento profundamente agradecida. En esta época de mi vida en la que transito la perimenopausia o la antesala a mi segunda primavera como mujer, una breve semana de intenso sentir sin posibilidad de hacer, me ha empujado a ser más consciente de quien realmente soy, y a elegir quererme y ponérmelo fácil, al menos tanto como esté en mi mano, para ser feliz.

En cuanto vaya recuperando las fuerzas, me toca revisar y transformar algunos patrones de pensamiento, algunas rutinas, algunos comportamientos cotidianos que me acabo de dar cuenta que me quedan pequeños y apretados. La incomodidad emocional y física me hablan y quiero escucharlas atentamente antes de enfermar de nuevo. Quiero respetar mi naturaleza sensible, aunque eso me recuerde que muchas veces sigo sin encajar en los moldes sociales establecidos de lo que se supone que debe de ser una adecuada profesional, empresaria, pareja, madre, hija, mujer, ciudadana…

Esta primera semana de Febrero, Elixabete Legarda me invitará a su programa de Radio Euskadi «Vivir para Ver» precisamente para hablar de las Personas Altamente Sensibles (PAS). Ese quince o veinte por ciento minoritario de la población. Veremos las cuatro características básicas que comparten las PAS, así como otra serie de capacidades habituales que una vez reconocidas y bien encauzadas pueden convertirse en grandes dones para compartir y disfrutar de ellos.

Para aquellas personas que estáis interesadas en conocer más de cerca mi trabajo y sois euskaldunes, a continuación os dejo el link a la última entrevista en euskera que Maider Segurola me hizo a mediados de Enero en «Hiri Gorrian», también de Euskal Irratia, en la que hablamos sobre salud holística y mi forma particular de enfocar la sanación y guío una breve visualización en directo.

Y para finalizar, recordaros que los próximos días, 2 y 3 de Febrero, imparto otro curso de primer nivel de Reiki. Por el momento quedan dos plazas libres. ¡Todavía estáis a tiempo de apuntaros!

¡Feliz, consciente y sensible mes!

 

 

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